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Córnea

Oftalmólogos Dulanto

El pterigión es un crecimiento de tejido carnoso (compuesto de vasos sanguíneos). Puede permanecer pequeño o crecer a un tamaño suficientemente grande como para cubrir parte de la córnea. Cuando esto sucede, puede afectarle la visión.

Una combinación de exposición a rayos ultravioleta (UV) provenientes del sol, el viento o el polvo.

  • Enrojecimiento e hinchazón de la conjuntiva, mayormente cuando crece el pterigión.
  • Una mancha o protuberancia amarillenta en la parte blanca del ojo.
  • Sequedad, picazón y ardor en los ojos.
  • Sensación de arena en el ojo.
  • Visión borrosa.

Su oftalmólogo puede tratar el malestar, el enrojecimiento o la hinchazón de un pterigión con gotas para los ojos con lubricante o esteroides.

Si el pterigión crece a un tamaño suficientemente grande como para causar problemas, probablemente se le recomiende someterse a una cirugía para extirparlo. Una vez que el pterigión es extirpado, se realizará una conjuntivoplastía con células limbares en la zona afectada. Esta técnica ayuda a disminuir las probabilidades de que vuelva a crecerle un pterigión.

Los ojos necesitan lágrimas para mantenerse saludables y sin molestias. Cuando los ojos no producen la cantidad suficiente de lágrimas, existe una condición llamada ojo seco. El ojo seco también ocurre cuando las lágrimas no tienen la combinación adecuada de elementos o cuando la película lagrimal no es como debería ser.

Cómo funcionan las lágrimas?

Cuando parpadea, esparce una lámina de lágrimas sobre el ojo. Esto mantiene la superficie del ojo suave y lisa. La película lagrimal es importante para la buena visión.

Las personas tienden a producir menos lágrimas con el paso de los años. Es más común en las mujeres, particularmente en aquellas que ya pasaron por la menopausia.

Estas son otras causas para el ojo seco.

  • Algunas enfermedades, como la artritis reumatoide, el síndrome de Sjögren, enfermedades de la tiroides y lupus.
  • Blefaritis (cuando se inflaman o se enrojecen los párpados)
  • Entropión (los párpados se pliegan hacia adentro); ectropión (los párpados se pliegan hacia afuera)
  • Estar en lugares con humo, viento o un clima muy seco.
  • Mirar la pantalla de una computadora durante mucho tiempo, leer y otras actividades que reducen el parpadeo.
  • Tomar determinados medicamentos, como:
    • Diuréticos
    • Betabloqueadores, para problemas cardíacos o hipertensión arterial
    • Medicamentos para la alergia y el resfrío (antihistamínicos)
    • Píldoras para dormir, ansiolíticos o antidepresivos.
    • Antiácidos.
  • Picazón y ardor en los ojos.
  • Sensación de algo que raspa o arenilla dentro del ojo.
  • Visión borrosa, especialmente al leer.
  • Presencia de mucosidad en el interior o alrededor de los ojos.
  • Ojos rojos o irritados. Esto pasa especialmente cuando está en un lugar con viento o cerca de humo de cigarrillos.
  • Lagrimeo.

Puede sonarle raro que tener muchas lágrimas en los ojos sea indicio de “ojo seco.” Pero los ojos producen más lágrimas cuando se irritan a causa del ojo seco.

Lágrimas artificiales

Son gotas para los ojos similares a sus propias lágrimas. Puede usar lágrimas artificiales todas las veces que las necesite. Hay de muchas marcas.

Si usted usa lágrimas artificiales más de seis veces al día o es alérgico(a) a los conservantes, debe usar lágrimas libres de conservantes. Esto es debido al uso frecuente de lágrimas con conservantes, cuyos componentes químicos pueden activar una irritación de los ojos.

Tapones lágrimas

Esto hace que sus propias lágrimas se queden en los ojos más tiempo. Se puede introducir tapones lagrimales de silicona o gel en los conductos lagrimales. Puede retirar los tapones más adelante según sea necesario. El oftalmólogo también puede recomendar una cirugía que cierra los conductos lagrimales de manera permanente.

Si sus ojos están irritados, su oftalmólogo puede tratar el problema. Su oftalmólogo puede recomendarle:

  • Gotas o ungüentos para ojos recetados.
  • Compresas tibias sobre los ojos.
  • Darse masaje en los párpados.
  • Determinados limpiadores de párpado.

La córnea es la ventana transparente en forma de cúpula en la parte delantera del ojo. Enfoca la luz en el ojo. El queratocono ocurre cuando la córnea se adelgaza y sobresale como un cono. El cambio de forma de la córnea hace que los rayos de luz se desenfoquen. Como resultado, la visión es borrosa y distorsionada, lo que dificulta las tareas diarias como leer y conducir.

  • En algunos casos, parece ser genético (hereditario). Aproximadamente 1 de cada 10 personas con queratocono tiene un familiar que también lo tiene.
  • Está asociado a alergias oculares y a la frotación excesiva de los ojos.

El queratocono suele aparecer en personas durante su adolescencia tardía hasta principios de sus 20 años. Los síntomas de la visión empeoran lentamente a lo largo de aproximadamente 10–20 años.

Por lo general, el queratocono afecta a ambos ojos y puede generar una visión diferente en ellos. Los síntomas pueden ser diferentes en cada ojo y variar con el paso del tiempo.

En etapas tempranas, los síntomas suelen ser:

  • Visión borrosa leve.
  • Visión ligeramente distorsionada, donde las líneas rectas se ven dobladas u onduladas.
  • Mayor sensibilidad a la luz y deslumbramiento.
  • Enrojecimiento o hinchazón en los ojos.

En las etapas más avanzadas, los síntomas pueden ser:

  • Visión más borrosa y distorsionada.
  • Mayor miopía o astigmatismo (cuando el ojo no puede enfocar tan bien como debería).
  • Como resultado, puede que necesite cambiar la receta de los anteojos con frecuencia.
  • No poder usar lentes de contacto. Es posible que ya no le ajusten adecuadamente y se sientan incómodos.

El tratamiento del queratocono depende de los síntomas. Cuando los síntomas son leves, la visión puede corregirse con anteojos. Posteriormente, usted puede necesitar lentes de contacto rígidos que le ayuden a mantener el foco de visión apropiado.

Estas son otras maneras en las que el oftalmólogo puede tratar el queratocono:

  • Crosslinking. Se usa una luz especial UV y gotas oculares para fortalecer la córnea. Esto ayuda a aplanar o endurecer la córnea y evitar que se siga abultando.
  • Anillos intraestromales. Es un dispositivo curvo pequeño que se coloca quirúrgicamente en la córnea. Los anillos intraestromales ayudan a aplanar la curva de la córnea para mejorar la visión.
  • Trasplante de córnea. Cuando tiene síntomas severos, el oftalmólogo puede recomendarle un trasplante de córnea. Esto consiste en reemplazar toda o parte de la córnea enferma con un tejido de córnea saludable de un donante.

¡No se frote los ojos!
Si tiene queratocono, trate de no frotarse los ojos. Esto puede dañar el tejido delgado de la córnea y empeorar los síntomas.

Una úlcera de la córnea (también llamado queratitis) es una herida abierta en la córnea. La córnea cubre el iris y la pupila redonda, como el cristal de un reloj cubre el frente del reloj. Las úlceras de la córnea suelen ser producto de una infección ocular.

La queratitis de etiología infecciosa por lo general se desarrolla rápidamente. Si no se trata, puede causar ceguera. En algunos casos, el tratamiento no puede restaurar la visión. En estos casos, puede sufrir un deterioro en la visión o ceguera permanentes. Existen diversos gérmenes que causan esta patología:

  • Bacterias
  • Hongos
  • Virus (p.e. virus herpes simple)
  • Parásitos
  • Trauma ocular con vegetales.
  • Uso inadecuado de lentes de contacto (especialmente lentes de uso prolongado, mala higiene, dormir con los lentes de contacto).
  • Antecedente de infección por herpes.
  • Pacientes inmunocomprometidos.
  • Uso inadecuado de tratamiento oftalmológico.
  • Personas con trastornos oculares que impiden el correcto funcionamiento del párpado.
  • Personas con lesiones o quemaduras en la córnea.
  • Dolor en el ojo (con frecuencia súbito).
  • Ojo rojo.
  • Disminución de la visión.
  • Mayor sensibilidad a la luz.
  • Lagrimeo excesivo.
  • Secreción abundante de legañas.

Si cree que tiene una úlcera de la córnea o cualquier síntoma ocular que lo preocupe, consulte a su oftalmólogo de inmediato. Las úlceras de la córnea pueden dañar de manera grave y permanente la visión, e incluso provocar ceguera si no las trata.

El tratamiento depende de la causa de la infección.

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